
Los locos años veinte
Este diseño se enmarca en la época de posguerra, el verdadero comienzo del siglo XX. El mundo volvió a un estado temporal de calma, sin embargo nunca volvería a ser el mismo. Estar vivo adquirió un gran valor y, siendo la vitalidad la cualidad más importante, esto solo podía ser distintivo de la juventud; sentando el precedente al posicionamiento adolescente de los años 60. Un diplomático respeto simplificó las prendas, confeccionadas con la menor tela posible y cambiando joyas por bisutería de fantasía.

Una curiosidad a destacar de este vestido es que presenta una pequeña etiqueta en la parte inferior delantera en la que reza escrito a mano “9840 Bagatelle”. La informalidad de esta etiqueta da lugar a que podamos pensar que quizás era una forma de inventariarlo o identificarlo de cara a su venta, en este último supuesto estos datos estarían relacionados con la persona que encargó el vestido.

Después de la guerra, el papel de la mujer en la sociedad era uno totalmente diferente, comienza la emancipación femenina y, después de siglos aprisionada bajo el peso de su propia indumentaria, la mujer experimenta la comodidad de vestirse sin ayuda y ganar su propio dinero.
Este cambio en la moda no solo representó una liberación física, sino también simbólica, reflejando la creciente independencia y autonomía femenina. Las prendas se simplificaron, adaptándose al ritmo acelerado de la vida moderna, donde la mujer comenzaba a ocupar nuevos espacios laborales y sociales. Los corsés dieron paso a siluetas más fluidas y el vestuario dejó de ser solo ornamento para convertirse en una herramienta de empoderamiento.









