
El Tailor-Made
Alrededor de 1850, surgen los denominados Tailor-Made, trajes de 2 o 3 piezas que eran hechos por sastres. Aunque inicialmente estaban destinados a cabalgar, poco a poco se fueron incorporando al guardarropa femenino, comenzando por actividades como montar en bicicleta y otros deportes, pasando por ser el atuendo de viaje; hasta convertirse en la principal tendencia Eduardiana para realizar visitas sociales y compras. Además, fue adoptado como el atuendo ‘Suffragette’ por excelencia (incluyendo algunas veces los “bloomers”), por su comodidad y versatilidad.
La importancia de esa pieza es tanta, que ha trascendido en la historia, reinventándose una y otra vez, como podemos ver en este conjunto de Christian Lacroix. Nos enfocamos en la chaqueta, que recoge la etapa en que el conjunto se completaba con un chaleco y los bordes de la chaqueta no solapaban, demostrando como una prenda puede permear a través del tiempo.

Su nombre describe literalmente que eran hechos por sastres, en inglés ‘tailor-made’.
Los ‘tailor-made’ podrían ser el precursor del prêt-à-porter, ya que se confeccionaban sin destinataria específica y después ajustados a medida.

Nacido en Francia en 1951, Lacroix es un diseñador de moda que se caracteriza por sus míticas siluetas barrocas y teatrales. En un principio, estudió historia del arte y quiso mudarse a París para trabajar en un museo, pero fue cuando conoció a su actual esposa, Françoise Roesenthiel, que comenzó a trabajar en el mundo de la moda. Primeramente, trabajando para Hermès y diseñando para Jean Patou, consiguió crear su propia firma para el grupo LVMH, siendo la única creada desde cero.
Fue en 1987, con su colección inspirada en el folclore español, que debutó en la alta costura. Desde entonces, los diseños de Lacroix siguen creando gran expectación en la actualidad, como hemos podido ver en la Met Gala 2022, la modelo Adut Akech vistiendo un vestido de la colección otoño 2003 o la cantante Rihanna con un enorme sombrero de peluche con un mini vestido a juego, de la colección otoño 2002 para los British Fashion Awards 2024.








