
Un clásico atemporal
A pesar del tiempo, y de los diferentes nombres que se le otorgan, los conjuntos falda-chaqueta llegaron para quedarse en el armario femenino. Así, a lo largo de los años, se han hecho diferentes reinterpretaciones, incluso divertidas, sin dejar de lado la exigencia sartorial. Un gran ejemplo se plasma en este modelo, que forma parte de las colecciones de Moschino, para su línea ‘Cruise me baby’, presentadas entre 1989 y 1994. Hoy son consideradas postales de amor a las distintas ciudades italianas en las que se inspiró.

El forro de esta camisa presenta una escena típicamente veneciana, con un gondolero remando frente a la “Piazzetta di San Marco”, antigua entrada a la ciudad de Venecia, con vistas al campanario de la Basílica de San Marcos y al Palacio Ducal.
El león alado que vemos en las mangas de la camisa es la representación del evangelista San Marcos, patrón de Venecia y a quién está consagrada la basílica mayor de la ciudad, de ahí que el león alado sea uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad véneta.
En el museo contamos, además, con otra chaqueta Moschino dedicada a Venecia, esta vez de la Colección Crucero 1992. En la espalda de esta chaqueta encontramos, de nuevo, un león alado dorado, esta vez de mayores dimensiones.

Moschino es una de las marcas más emblemáticas y disruptivas del mundo de la moda, fundada en 1983 por el diseñador italiano Franco Moschino. Conocido por su estilo irreverente, extravagante y, a menudo, humorístico, Moschino revolucionó el mundo de la alta costura al desafiar las convenciones tradicionales.
A lo largo de su carrera, Moschino se destacó por incorporar elementos de la cultura pop, el arte y el sarcasmo en sus diseños, creando colecciones que rompían con las reglas establecidas, como las prendas inspiradas en objetos cotidianos o el uso de estampados llamativos. Su visión única combinaba la alta costura con un sentido de diversión, convirtiéndose en un referente para aquellos que buscaban moda más libre y menos seria.








