Fue el único Rolls-Royce con un motor de 12 cilindros hasta la introducción del Silver Seraph en 1998. La heredera más rica del siglo XX, Barbara Hutton, fue una amante de esta marca. Conocida por la prensa como “la pobre niña rica”, llegó a casarse en siete ocasiones.
El Rolls-Royce Phantom III fue el último de los grandes Rolls-Royce de la pre-guerra, y fue el único Rolls-Royce con motor V12 hasta la introducción en 1998 del Silver Seraph. El chasis y la mecánica eran trabajo de Rolls-Royce, pero la marca tenía fábricas de confianza para la realización de la carrocería, entre las que se encontraban Park Ward, Mulliner, Hooper y Thrupp & Maberly.
Se construyeron 727 ejemplares entre 1936 y 1939. Su velocidad máxima es de 140 km/h, tiene un consumo de combustible de 28 litros por cada 100 km y tiene un tiempo de aceleración de 0 a 96 km/h en 16,8 segundos. Podemos observar que la emblemática insignia aparece en una postura diferente a la habitual, está arrodillada. Este es otro detalle exclusivo de la marca. Cuando el coche luce la insignia en esta posición, significa que ha sido propiedad de la Casa Real Británica. La marca decidió destinar este diseño a los coches pertenecientes a la Casa Real Británica.
Por otra parte, en este modelo se puede observar una de las peculiaridades de Rolls-Royce, la parte frontal del radiador es una réplica del Partenón de Grecia, donde se tienen en cuenta el número de columnas y su proporción.
