Tatra recibe su nombre por los Montes Tatras, ubicados entre Eslovaquia y Polonia. Cuando Adolf Hitler vio el Tatra, dijo que sería perfecto para sus carreteras.
Este sedán de lujo, con una impresionante aerodinámica y avanzadas soluciones técnicas, fue diseñado por el genial austriaco Hans Ledwinka, uno de los ingenieros más respetados de la época. Bajo su característica trasera encontramos un propulsor fabricado en aleación de magnesio, con cámaras de combustión hemisféricas y refrigeración forzada por aire. Esto, sumado a su aerodinámica, permite al coche superar con facilidad los 160km/h. Tatra es la tercera marca de coches más antigua del mundo después de Daimler y Peugeot.
Según la rumorología bélica, su velocidad y el motor ubicado en la parte trasera lo convirtieron en un arma mortal para los Nazis, ya que se convirtió en uno de los modelos favoritos de los altos cargos del ejército. Debido a la gran cantidad de accidentes protagonizados por el Tatra T87, Hitler prohibió a los oficiales de las fuerzas armadas alemanas que lo condujeran.
